Orizaba, Ver.- Gerardo García Gallardo, presidente de la Federación de Migrantes Veracruzanos, advirtió que la posible deportación masiva de 30 millones de indocumentados en Estados Unidos promovida por Donald Trump y considerada como parte de su posible retorno a la Casa Blanca traería graves consecuencias.
Añadió que no se descarta el inicio de redadas en fábricas y centros de trabajo por lo que se espera que cientos de miles de personas sean enviadas a los centros de deportación ubicados en las fronteras. Sin embargo, el verdadero problema será el destino final de los deportados, ya que no se sabe si serán enviados a sus países de origen o si México tendrá que asumir la carga humanitaria de recibirlos.
“México se convertirá en un embudo migratorio en su frontera norte.
Con más de (personas de) 100 nacionalidades cruzando por nuestro territorio rumbo a Estados Unidos. Imaginen la crisis que se generará con todas estas personas deportadas”, planteó.
Agregó que México ya ha comenzado a reforzar los puntos migratorios con la Guardia Nacional, bajo las órdenes de la presidenta Claudia Sheinbaum, pero esto sólo mitigará temporalmente la presión.
La deportación masiva también amenaza con paralizar sectores clave de la economía estadounidense.
De acuerdo con García Gallardo, los trabajadores indocumentados, incluidos los dreamers protegidos bajo el programa DACA, desempeñan roles cruciales en áreas como la construcción, la agricultura, la educación y la salud.
“Unos 30 mil dreamers trabajan en el sistema educativo, 20 mil en el sistema de salud y 40 mil en la construcción. Deportarlos sería una incongruencia, ya que su mano de obra ilegal, aunque temporalmente regularizada, es vital para la economía del país. El costo será un colapso en su estructura productiva”, recalcó.
Además, indicó, muchos migrantes son el pilar económico de las familias que dejaron en sus países de origen. Programas como el desaparecido “Tres por Uno” permitían invertir en proyectos en México desde Estados Unidos, lo que ayudaba a mitigar el impacto económico de una deportación. Sin embargo, la falta de apoyo actual agudiza la incertidumbre para los afectados.
Gerardo García subrayó que México enfrentará una crisis humanitaria sin precedentes si las deportaciones masivas se concretan.
El año pasado, 7 mil 500 veracruzanos fueron deportados, la mayoría por delitos menores. Pero un movimiento de esta magnitud desbordaría los sistemas de atención tanto en Estados Unidos como en México.
“Las fronteras colapsarán. No habrá recursos ni infraestructura suficiente para atender a los deportados, que, en muchos casos, no tienen un hogar al cual regresar. Este será un problema global, no sólo de México”,explicó.
Con más de 32 mil veracruzanos registrados en los consulados estadounidenses y millones más en situación irregular, la amenaza de una deportación masiva no sólo representa un dilema migratorio, sino también un desafío para los derechos humanos y la estabilidad económica de la región, concluyó.
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