El polémico artista confesó que su éxito le causó una enfermedad mental.

Las frecuentes disputas y controversias que han marcado los últimos meses en la vida de Alfredo Adame han suscitado inquietudes tanto en su círculo cercano como entre los usuarios de redes sociales, quienes le han sugerido que busque ayuda psicológica.

A pesar de que a inicios de este año, negó tener problemas de ira y rechazó la idea de someterse a terapia, el reconocido actor confesó recientemente que sí consultó a una profesional, amiga de su familia, quien le diagnosticó una enfermedad mental.

SE CONFIESA

En una entrevista con Matilde Obregón, publicada en YouTube, Adame dijo padecer un trastorno obsesivocompulsivo, que lo lleva a experimentar angustia frente a los problemas y a repetir mentalmente situaciones como si fueran una película.

“Mi psiquiatra es una de las más prestigiosas. Después de seis semanas de estar yendo con ella me dijo ‘tu problema es que eres víctima de tu propio éxito. Todo el asunto es que la gente te critica. Tu no tienes nada (me dijo). Lo único que yo tengo es un TOC”, explicó el famoso.

ABANDONA TERAPIA

El presentador de televisión compartió cómo este trastorno afectó su bienestar, especialmente durante un periodo en el que enfrentó problemas fiscales con Hacienda, lo que desencadenó episodios de ansiedad.

Según Adame, su psiquiatra le recetó clonazepán en gotas durante tres meses, y experimentó una notable mejoría: “No era nada. Se me quitó todo ese rollo”, aseguró, por lo que decidió dejar de asistir a las consultas.

Cabe mencionar que hace unos meses, los hijos de Alfredo dieron a conocer a medios de comunicación que su papá tiene una enfermedad que no quiere curarse.

¿QUÉ TRASTORNO TIENE EL ACTOR?

El trastorno obsesivo-compulsivo es una afección mental caracterizada por pensamientos recurrentes (obsesiones) y comportamientos repetitivos (compulsiones) que interfieren en la vida cotidiana, de acuerdo con información proporcionada por “MedicinePlus”.

Aunque la causa exacta es desconocida, factores como la genética, la biología cerebral y el entorno pueden desempeñar un papel en esta condición.

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